· No le tengo miedo al sistema, porque el sistema se cuida de mi
Por : Marilú Gambini L.
“La
estupidez, el vicio y hasta el crimen tienen su puesto señalado,
las
llagas del defecto no se ven cuando las cubre un diamante bien cortado”
Volver a la habitualidad de
escribir entre grandes sorbos de café y en medio de la acidez que fluye como
consecuencia de la indignación ante tanta porquería leída y oída, me hizo
aceptar que Chimbote camina a la misma mierda; si!!! Como lo lee, va camino a
la mierda. Hoy como otras veces, no siento vergüenza ajena, siento repugnancia
y asco, al ver que una sarta de fantoches, sinvergüenzas, vividores y
comechados, representen un papel de arlequines de quinta, para tirar “caca” con
ventilador a autoridades jurídicas que les son incomodas, pero que en su
momento se pusieron la camiseta del PERU para enfrentarse al fujimontesinismo, dupla
lacrosa que manoseó la conciencia de un buen grupo de peruanos.
Lo humorístico de esto, es que
los dichosos redomados son parte de una manada de mequetrefes, que bailan al
son de la música que se les toque y si es con caramelo sabor a vileza mucho
mejor, por eso se entiende la andanada de babosadas que han soltado contra la
fiscal Nancy Moreno Rivera, a la que no solamente han acusado de haber
archivado la investigación sobre el caso de los desaparecidos de Santa en el
año 1995, sino que con tamaña osadía y semejante atrevimiento tildaron de
fujimontesinista. Que este disparate venga de ignorantes polítiqueros, que
buscan un rinconcito político con esta estrategia, es entendible; que se aúnan a
este remedo de comparsa jóvenes comunicadores “egresados de aulas
universitarias”, que ignoran lo que se vivió en el primer quinquenio del
fujimorato, que no investigan y solo se dedican a repetir como papagayo lo que
escuchan, deja mucho que desear. Pero que salga de periodistas que precisamente
los últimos años de esa década corrupta, fueron lacayos del montesinismo, que con
cámara en mano se escondían como las comadrejas para cumplir la misión fujiencomendada
y que a la caída de la dupla corrupta se convirtieron en camaleones, blandeando
la bandera de la democracia que antes pisotearon, ya cae en lo ruin.
Debe ser bien, pero bien valiente
aquel papanatas, para tragarse semejante vergüenza y personificar la ridiculez
pública, cuando habla de hechos que desconoce por completo, peor aún si
desgraciadamente tiene la representación del Frente de Defensa de los Intereses
de la Provincia del Santa, como la posee Víctor López Padilla, que sin conocer
a fondo el “caso Santa” salió empavonándose como pavo real a cuestionar a los
que respaldan a la Fiscal Moreno Rivera, por haber sido la que archivo el caso
de los desparecidos de Santa; no dudo que la versión dada al respecto por don
Heriberto Benítez un día anterior, fue la gota de seguridad que le dio a este exabrupto.
El inesperado izquierdazo la recibió de los deudos santeños, que indignados
salieron a respaldar a la mencionada magistrada, asegurando que su labor como
representante del Ministerio Público durante la investigación fue transparente,
además de haber sido la única que solicitó la designación de un fiscal ad hoc
para el caso y la declaración del jefe de ese destacamento asesino Santiago
Martin Rivas.
Es público y para ningún
periodista desconocido los casos Barrios Altos, Santa y Cantuta, como tampoco ignorado que los protagonistas de
estos crímenes fueron las hienas asesinas del grupo colina que solo sabían
atacar de noche; y puntualizar cada uno, es pellizcar la postilla registrada por
el crimen. Lo cierto, es que a fines del año 1993, el Ministerio Público acusó
a los integrantes del grupo colina y el estado fujimontesinista inicia el
cierre del círculo mafioso, para proteger a sus engendros criminales, con la participación
de endebles congresistas y del tránsfuga chimbotano Julio Chú Meriz, otrora
empresario pesquero quien tenía como asesor político al ex coronel de la
desaparecida PIP Irvin Jaime Llamosas; personaje, que aparte de haber estado
comprometido con el capo del narcotráfico peruano Reynaldo Rodriguez López, fue
el engranaje principal de la cadena montesinista encargado de los manejos
logísticos en la guerra sucia los últimos cinco años de la época corrupta.
Preciso es recordar, que la
cadena mafiosamente legal se inicia a partir del 16 de diciembre, cuando la
Fiscalía denuncia a 11 criminales del destacamento asesino Colina, incluido
Martin Rivas, que eran procesados por el
fuero militar (como si eso fuera garantía de justicia), la oposición de este
fuero fue inmediata, el día 17 bajo el argumento que se encontraban dentro de su
jurisdicción, al día siguiente, el Juez del fuero civil, ordena la detención
inmediata de los acusados encontrándose con una ferrea defensa, que origino la
intervención de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, integrada por
cinco magistrados, quienes deberían de definir la competencia del proceso y en
audiencia realizada, se produjo una visible discordia, pues 3 votaron a favor
del fuero militar y 2 a favor del fuero civil. La ley establecía que la
definición se daba con voto favorable de por lo menos 4 magistrados.
Aquí viene lo histórico (para grabárselo
de por vida) pues aquí nace la legalidad dela impunidad. El 7 de Febrero de
1994, el congresista fujimorista Julio Chu Meriz, una especie de tonto útil, presentó
un proyecto de ley, en la que proponía que este conflicto de competencia (entre
el fuero común y el militar) se resuelva en la Corte Suprema, pero, OJO, sólo
con el voto favorable de tres vocales y no con cuatro, como establecía la ley.
Como ya era costumbre en la mafia fujimontesinista, la madrugada del 8 de
febrero, sin cumplir requisitos respectivos ante el Congreso se aprobó la Ley
No. 26291, Fujimori estampa su
firma y el día 10 de febrero se publica en el Diario Oficial. Esta ley, a la que
se le conoció como la “Ley Cantuta” o la “Ley Chu” no hizo más que garantizar
lo que inicialmente resolviera la Sala Penal de la Corte Suprema, es decir que los criminales
sean procesados por el fuero militar. En otras palabras, los endebles del poder
judicial les entregaron a los militares, a través de una resolución el 11 de
ese mismo mes, la protección de la impunidad de sus abortos. De la que se libró
Juan Hermoza Ríos, precisamente el
puente entre su hermano, Nicolas de Bari con el grupo colina del atroz crimen, que enlutó
a nueve familias.
Este fue el mamotreto de la
impunidad, de éste se desprende posteriormente la ley 26479, la misma que
concedía “amnistía general al personal Militar, Policial o Civil, cualquiera
que fuere su situación Militar o Policial o Funcional correspondiente, que se
encuentre denunciado, investigado, encausado, procesado o condenado por delitos
comunes y militares en los Fueros Común o Privativo Militar, respectivamente,
por todos los hechos derivados u originados con ocasión o como consecuencia de
la lucha contra el terrorismo y que pudieran haber sido cometidos en forma
individual o en grupo desde Mayo de 1980 hasta la fecha de la promulgación de
la presente Ley”. Así mismo, concedía “amnistía general al personal militar en
situación de Actividad, Disponibilidad o Retiro y civil implicados, procesados
o condenados por los sucesos del 13 de Noviembre de 1992”, hechos y acciones
con nombre propio.
Esta legajo permitió el
archivamiento del caso Santa en el año 1995, a inicios de 1996 la Corte
Interamericana de Derechos Humanos aceptaba y registraba la demanda de los familiares de los casos de crímenes y
es cinco años cumplidos, es decir en marzo de 2001, que la misma Corte Interamericana
sentenció que las leyes de amnistía carecían de efectos jurídicos y ordenó la
reapertura de las investigaciones. Es
entonces irracional asegurar que la Dra. Nancy Moreno archivó el caso Santa, dejando
entrever que su función no estuvo arreglada a Ley.
Dra. Nancy Moreno Rivera
Leía hace algunos días, leía
un post, en el que preguntaban, cuando se jodió la prensa en Chimbote, y muchos
aseguraban que fue cuando pasaron por la centralita. Ahhhhh, desmemoriados, se
olvidaron que la prensa se fue al carajo, desde el día que desfilaban por las
oficinas de Inteligencia de Chimbote, que vergüenza hasta para los cassettes los solventaba el famoso "SIN", mientras el pueblo los esculpía en el
muro de la ignominia, para la posterioridad.
PD.
Pido las disculpas del caso por algunos exhabruptos, pero la indignación tiene sus reacciones.
PD.
Pido las disculpas del caso por algunos exhabruptos, pero la indignación tiene sus reacciones.